30/11/2016

En esta clase establecimos un debate a propósito de un artículo de la revista XL Semanal titulado «Salvados por el maestro». En este artículo se subrayaba la importancia de que los profesores sepan detectar las dificultades de aprendizaje que presentan los alumnos y sus causas con el fin de buscar soluciones. El artículo presentaba diferentes casos; algunos de ellos correspondían a alumnos con problemas como TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o dislexia, mientras que otros simplemente se referían a alumnos que se sentían desmotivados. En mi opinión, para detectar estos casos, es importante que el profesor esté atento a cada uno de sus alumnos individualmente y no se centre únicamente en el contenido de su asignatura. Asimismo, el profesor no debe limitarse a señalar que un alumno no alcanza determinados objetivos, sino que debe tratar de averiguar las causas de tal situación para así poder prestarle ayuda. En el caso de los alumnos desmotivados, el profesor puede crear numerosas herramientas para ayudarlos e intentar que se interesen por la educación y por el contenido de la asignatura. No obstante, es cierto que existe un desconocimiento generalizado entre el profesorado por una falta de formación en trastornos como el TDAH o la dislexia, lo que dificulta su detección. Para ello, es necesario un esfuerzo compartido y un trabajo colaborativo en el que se impliquen, además del profesor, el tutor, el director del centro, los padres, etc.
Además, en esta clase también debatimos sobre unos casos prácticos propuestos por la profesora Rocío Valderrama:
CASO 1
Hoy en el instituto ha habido una pelea en el patio. Se han llevado a Carlos al hospital porque está grave o al menos eso parece. Su hermana cuenta que siempre está metido en peleas, pero, sin embargo, en su casa no discute con nadie, es pacífico.
El problema es que no es la primera vez que esto ocurre, solo que hoy lo han visto unos compañeros de otro curso y han avisado a la sala de profesores. Dicen algunos estudiantes que andaban por allí que había gente que no era del instituto saltándose la tapia para irse cuando llegaron los profesores.
La tutora de la clase ha preguntado si sabíamos algo y nadie ha dicho nada. Mi amiga que va a clase con Carlos dice que su tutor ha dicho en clase que siempre es lo mismo –el mismo de siempre…ya sé cómo va la historia…dirá que él no ha hecho nada…_
¿Qué puedo hacer como profesor de este centro?
¿Qué piensas de la postura del tutor? ¿Y de los demás estudiantes?
¿Se puede hacer algo para cambiar esa rutina en el centro?
Como profesora del centro, creo que debería estar más atenta a las dinámicas que tienen lugar entre los alumnos para así poder prevenir situaciones como esta. Además, desde distintos departamentos pueden trabajarse de forma diferente cuestiones como la violencia; yo, desde el departamento de Lengua Castellana y Literatura, tal vez propondría la lectura de noticias de actualidad relacionadas con la violencia escolar para establecer debates en clase. En mi opinión, el tutor no ha adoptado una postura apropiada, puesto que al ver que se trataba de una situación reiterativa ha optado por ignorarla. Sin embargo, creo que una vez que ocurren estos sucesos es importante hallar las causas, de manera que el tutor debe hablar con cada uno de los alumnos implicados para tratar de entender la situación y así poder establecer soluciones. Precisamente, si se trata de un hecho repetido, tal vez haya un problema de fondo en el que el tutor pueda intervenir para evitar futuros sucesos similares. El resto de estudiantes podrían colaborar, ya que normalmente, al ser los más cercanos a sus compañeros, tienen más información para poder ayudarlos. Además, el centro podría poner medidas como vigilar los recreos de los alumnos para evitar que entren personas ajenas al centro educativo o proponer charlas de especialistas en temas como la violencia escolar.
CASO 2
En mi instituto hay una chica que dice que le han acosado en el baño unos chicos. En el centro se dice que ella se va con todo el mundo y que lo pone muy fácil. Los chicos lo han negado todo y dicen que ella se lo inventa, que ya ha inventado otras cosas.
Hemos llamado a su casa, pero hasta dentro de un par de semana no podrán venir al centro la madre o el padre, que están separados. 
Mientras, ella hace cosas fuera de lo normal como llorar de repente en clase, estar sola en el recreo, o sentarse en la puerta de la sala de profesores en vez de desconectar y salir del instituto en el recreo.
¿Tiene miedo? ¿Qué ocurre con esta estudiante?
¿Qué harías como tutor/a?
En primer lugar, creo que habría que ver si se trata efectivamente de un caso de acoso escolar o si la chica tiene un problema personal y está actuando de ese modo por llamar la atención. Para ello, sería fundamental la intervención de un experto en psicología del centro que pudiera hablar con ella y tratar de averiguar qué sucede. Además, el tutor debería colaborar hablando con la alumna y también con sus compañeros, que, al ser más cercanos a ellos, tal vez puedan aportar información importante. Asimismo, una vez que los padres acudan al centro, habría que indagar en la relación que estos mantienen con su hija, por si ella se siente desatendida por ellos o existe algún problema en la dinámica familiar, tal vez derivado de la separación de los padres. 
CASO 3
En el instituto hay dos hermanos que no comen cerdo por su religión, pero a la hora del comedor siempre hay problemas porque la carne que suelen poner es pollo o cerdo. Esto esta ocasionando conflictos porque las familias lo ha dicho a la empresa de comedor pero sigue todo igual y han llegado molestos al centro, creando así un clima de hostilidad.
Hay chicos que insultan a sus compañeros por ser musulmanes, y dicen que en su casa hagan lo que quieran pero en el colegio tiene que hacer lo que diga el colegio. En la clase cuando participan se escuchan risas y comentarios constantes acerca de la religión. Algunos alumnos plantean que lo mejor es no tener ataduras y menos religiosas. Los hermanos cada vez están más incomodos y su interés y motivación disminuye según su madre.
¿Se puede hacer algo?
¿Qué medidas podemos tomar? 
¿Sobre qué aspectos trabajarías con tu clase?
Personalmente, pienso que cambiar el cerdo por otro tipo de carne no es algo complicado, sino que puede realizarse sin ninguna molestia para el comedor. Además, creo que habría que concienciar a los alumnos acerca de la diversidad y la integración cultural. Para ello, podrían trabajarse textos relacionados con el tema desde el departamento de Lengua Castellana y Literatura y podrían plantearse diferentes actividades desde el departamento de Ciencias Sociales. Con la realización de tales actividades, se pretende que los alumnos sean capaces de empatizar con sus compañeros de otras culturas para así promover una convivencia basada en la aceptación y el respeto.