Experiencia educativa

Mi experiencia educativa dentro del sistema español ha sido fundamentalmente como alumna, en Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Universitaria y Enseñanzas Artísticas de Régimen Especial. Además, he podido iniciarme mínimamente en la docencia a través de enseñanzas no regladas. 
Durante las etapas de Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, cursé mis estudios en un centro privado de Almería: el Centro Educativo Agave. Mis escasos recuerdos de Educación Infantil son en general muy agradables, ya que me encantaba desarrollar actividades creativas y lúdicas en grupo. Sin embargo, a medida que fui avanzando en la etapa de Educación Primaria, esas actividades desaparecieron en favor de otras más académicas e individualistas. Personalmente, pienso que en este paso de la etapa Infantil a la Primaria en el sistema educativo español se cumple de manera muy clara lo que dice Ken Robinson, ya que las escuelas van poco a poco matando la creatividad de los niños. Así, a lo largo de la Educación Primaria se establecen una serie de contenidos troncales que luego se desarrollarán durante la Educación Secundaria; al mismo tiempo, se discriminan otras materias y habilidades que quedarán para siempre en los márgenes del sistema educativo. Además, es en este momento cuando comienza un proceso de etiquetación en función de las calificaciones, ya que los alumnos se convierten en meras notas numéricas y son valorados únicamente en función de ello.


En la Educación Secundaria Obligatoria, fui orientando mi vocación hacia las ramas humanística y artística. Las razones que me influyeron fueron diversas, pero creo que repercutieron de manera directa mis estudios musicales en el conservatorio y mi pasión por la lectura, motivada en aquel momento por el bibliotecario del centro. Sin embargo, mi vocación entró de algún modo en conflicto con ciertos valores del centro. Al tratarse de un centro privado, promovía especialmente las áreas científicas, tecnológicas y económicas, ya que estas gozan de mejores salidas profesionales. A pesar de ello, cursé allí tanto la ESO como el Bachillerato en la modalidad de Humanidades, si bien no pude escoger todas las asignaturas optativas humanísticas que deseaba porque el centro no las ofertaba. 
No obstante, en general, mi experiencia en todos esos años fue muy positiva. Sobre todo, valoro el trato cercano y el apoyo que recibí de numerosos profesores, así como la buena formación en idiomas. De hecho, en este centro tuve la posibilidad de preparar los exámenes oficiales de B2 de inglés y francés en horario extraescolar.
Paralelamente, desde los ocho años, cursé Enseñanzas Artísticas de Régimen Especial en el Real Conservatorio Profesional de Música de Almería. Concretamente, escogí música en la especialidad de viola. La elección de inscribirme en el conservatorio fue de mis padres, pues, aunque yo estaba de acuerdo y la música siempre me había gustado, no tenía conocimientos musicales como para tomar esta decisión "motu proprio". Sin embargo, una vez que pasaron los primeros años, fui yo quien decidió continuar estos estudios. Agradezco enormemente a mis padres que me dieran esta oportunidad, ya que la música ha constituido una gran parte de mí desde entonces. No obstante, soy consciente de que las decisiones de los padres en cuanto a las actividades extraescolares influyen enormemente en el futuro de los hijos, y no siempre positivamente, ya que algunos padres fuerzan a sus hijos a desarrollar determinadas actividades extraescolares en contra de sus propios intereses y motivaciones. Creo que el plan de estudios del conservatorio no es muy acertado, pues la asignatura de Lenguaje Musical es demasiado ardua y teórica como para iniciar con ella a los alumnos en la música. Pero gracias a él descubrí un tipo de docencia muy especial que se da en las clases individuales de instrumento, donde la comunicación entre el profesor y el alumno se estructura a partir de la música, creándose así un vínculo único entre ellos que no se da en otro tipo de enseñanza. 
Mi experiencia como docente se limita a las clases particulares tanto de lengua y literatura ––puesto que soy graduada en Filología Hispánica–– como de viola y lenguaje musical. Además, durante estos dos últimos años me he ocupado de un taller de violín y viola en el centro ClasiJazz para niños de entre 3 y 10 años. Esta última experiencia ha sido para mí muy enriquecedora, pues me ha hecho descubrir una vocación que desconocía al trabajar con niños.

El siguiente vídeo muestra la importancia de la formación musical para los niños: